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Ramón Amaya Amador

(Olanchito, Yoro; 29 de abril de 1916-Bratislava, Eslovaquia; 24 de noviembre de 1966)

Ilama, Santa Barbara, Honduras.

Así se veía el parque central de Ilama Santa Barbara cuando el árbol estaba en pie

Los brujos de Ilamatepeque 1958 Ramón Amaya amador lo escribió en 1958

Julio escoto reconoce que la misma sirvió de inspiración en su novela El árbol de los pañuelos en 1972 La de Amaya amador está incluida en la novela indigenista o novela de la tierra 1930-1940.

Imagen del Libro

Se observa los niños recibiendo clases.

Imagenes de la Pelicula

Adaptada en televisión en el año 2009 bajo la productora "Viejo Tren"

jueves, 1 de noviembre de 2018

Otros Escritores Hondureños

José Froylán de Jesús Turcios Canelas

Este escritor nació el 7 de julio de 1875 en Juticalpa y murió el 19 de noviembre de 1943 en Costa Rica. Fue uno de los hombres más influyente de Honduras durante el siglo XX.
Su novela primera novela fue El Vampiro, una escritura con estilo modernista publicada en 1910. En el año 1911 publica otra famosa novela titulada El Fantasma Blanco.

Lucila Gamero Moncada

Esta escritora nació en Danlí el 12 de junio de 1873, y murió en la misma ciudad en el año 1964. Fue la primera mujer en hacer la producción de una novela sólida y famosa.

La primera novela que escribió fue Amalia Montiel, en 1895. Esta fue publicada en Froylan Turcios, el primer medio literario que le dio espacio a las mujeres de esa época. Unos años después publicó dos novelas más: Adriana y Margarita y Páginas del Corazón.

Años más tarde le dio vida a la famosa novela Blanca Olmedo, una de las más reconocidas en Honduras. Es una historia romántica que atraía la atención de las mujeres más jóvenes de la época.
Otras novelas escrita por Lucila Gamero fueron: Betina, Aída, Amor exótico, La secretaria y El Dolor de Amar.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Introducción

Amaya Amador nos narra la historia –absolutamente verídica– de dos de los muchos humildes campesinos que participaron en las batallas lideradas por Francisco Morazán en busca de la unidad de los pueblos centroamericanos. Y que al regresar a su municipio de origen quisieron contribuir con el progreso de su pueblo, en particular de la juventud.

Ese deseo de superación fue el motivo por el cual la “reacción inquisitorial”, encabezada por el cura, el alcalde y los notables del pueblo, los acusó –aprovechándose de la ignorancia y la supersitición popular– de herejes, de tener pacto con el diablo, y de haber echado una maldición de enfermedades y muerte contra los pueblos . Motivos suficientes para fusilarlos.

Al escribir esta novela Amaya Amador consideró que sería de “interés para aquellos que sustentan principios revolucionarios y democráticos” y la dedicó a “la juventud de Honduras”. Esta nueva edición de Los Brujos de Ilamatepeque va dedicada para esa juventud que hoy exige un urgente cambio de rumbo en el país, luchando en las calles, colegios; y universidades junto al pueblo en resistencia contra las retrógradas instituciones que nos mal gobiernan.